ADIOS, es una palabra dura porque parece que no vas a volver pero también significa que pones fin a una etapa y comienzas una nueva.
En esta publicación pondré imágenes de mis obras favoritas.
Todas obras del gran Miguel Ángel (Renacimiento)
Sovramagnificentissimamente
AMA EL ARTE
martes, 16 de junio de 2020
jueves, 21 de mayo de 2020
Museos de andar por casa
Esta semana se ha celebrado un peculiar Día de los Museos con todos los madrileños cerrados. ¿Cómo es el público que visita su versión ‘online’?
Si me dan a elegir entre museos y bares, lo tengo claro: museos. Hay gente pa’to, pensarán algunos. Si tengo que escoger entre ir a la peluquería o visitar un museo, tampoco hay duda: lo segundo. Pero confieso que a la peluquería fui hace algo más de una semana y no piso un museo desde hace dos meses y medio. Hay gente pa’to, hubiera pensado si me cuentan eso de alguien a principios de febrero. Igual que si a principios de año me dicen que este Día Internacional de los Museos (DIM) voy a pasármelo recorriendo distintos centros madrileños: el de Ciencias Naturales, el CA2M, el Lázaro Galdiano, el Prado, la casa museo Lope de Vega, el Thyssen, el de Historia de Madrid, el de San Isidro, el del Traje… hubiera dicho: “Quizá otros, hay gente pa’to. Yo no. Con la de oportunidades que hay para visitarlos, ¿para qué voy a ir un día que están masificados?”
Pues ahí estaba yo, el pasado lunes, Día de los Museos, delante del ordenador desde las once de la mañana paseando por las webs y las redes eligiendo qué hacer, qué mirar y, sobre todo, observando quién andaba por allí. Igual que hubiera observado a los visitantes si hubiésemos estado en modo presencial en vez de virtual. Con la diferencia de que si, por ejemplo, alguien hace algún comentario que te llama la atención en el huertecillo jardín de la casa de Lope de Vega (mágico lugar del barrio de Las Letras demasiado desconocido) no tienes, a golpe de clic, acceso a su vida. Sin embargo, si ese mismo comentario lo hace en un foro virtual, no hay más que pinchar sobre su nombre para saber detalles de su vida: la última quedada con sus compañeros de la Erasmus o las vacaciones de 2016.
Una hora entre ventana y ventana, saltando de museo en museo. De las del ordenador, que todavía no me ha dado por el parkour, en mi fase 0,5 eso no está incluido. Para llegar al mediodía y que una de las actividades más publicitadas del día comenzara: el directo del Prado en Instagram en el que la pinacoteca madrileña se conectaría con 20 museos españoles, desde Gran Canaria a Pontevedra y desde Mérida a Mahón. Estaban programados 21, faltó el Nacional de Escultura de Valladolid, pero si durante las tres horas que duró la actividad hubo múltiples problemas técnicos, solucionados con más o menos éxito, que se viera la imagen del centro pucelano fue imposible. Y, claro, si hablamos de los museos de Madrid, es muy, pero que muy injusto quedarse en el Prado o en el Thyssen ―en el que pasé una hora de mi tarde escuchando una charla entre su gerente, Evelio Acevedo, la jefa de Área de Marketing y Desarrollo de Negocio, Carolina Fábregas, y Guillermo Solana, el director artístico, sobre el museo después del confinamiento―. Estos son los que en términos futbolísticos juegan la Champions. El Prado está perdiendo en torno a un millón de euros cada 15 días, el gerente del Thyssen habló de que cada semana de cierre supone 250.000 euros que no ingresan. Me imagino lo que pensarán en el Museo de Historia de Madrid o en el Lázaro Galdiano de esas cantidades (y otros tantos). Ambos atesoran colecciones más que notables y también participaron en el DIM con iniciativas online para darse a conocer, para difundir sus colecciones y para que el público los disfrute desde su casa ―sin llegar a las más de 65.900 reproducciones del vídeo del Prado (y subiendo)―. Los dos recurrieron al humor, el primero con un simpático vídeo mostrando, a través de sus piezas, que acoge a todos. El segundo con unos divertidos tarjetones para compartir, en los que, sobre obras de su colección elegidas a propósito, incluyen frases como “Ya va siendo hora de quitarse el chándal”, “quién nos iba a decir que acabaríamos tocando el piano desde el balcón”, “déjate de peluquerías. Tienes una melena que ya la querrían en el siglo XVIII” o “¿te tomas el primer café de vuelta conmigo?”
Pero entonces, ¿qué? ¿se obvia a los grandes para dar visibilidad a los pequeños? Eso tampoco haría justicia. Las tres horas de directo del Prado ―en el que las baterías, tanto de emisor como de esta receptora, se agotaron y repusieron rápidamente― sirvieron para aglutinar a mucho de ese público online. Esos que estos días los visitan con zapatillas de estar por casa a través de las pantallas. Me lancé a pinchar sobre los nombres y a preguntar ¿por qué estaban ahí? Conclusión: la mayoría estaban ahí, igual que podía habérmelas encontrado en otras actividades en cualquiera de las horas que todas estamos trasteando por las webs o redes de museos. Hablo en femenino porque la mayoría son mujeres con relación profesional o casi con el arte o con la historia: una técnica del Museo del Greco, una pintora, una estudiante del Bachillerato de humanidades, una estudiante de historia, una restauradora. Todas salvo un trabajador de un hospital. Será que el público online es muy similar al presencial y que lo que cuesta es llegar al que no pisa un museo ni aunque sea el lugar más seguro del mundo. Pocos se me ocurren en los que no haya que tocar nada (los expertos ya están trabajando en qué hacer con los recursos interactivos) y lo ideal sea que no hay nadie a tu alrededor para poder disfrutar plenamente.
jueves, 7 de mayo de 2020
BIOGRAFÍA II
Diego Rodríguez de Silva y Velázquez
(Sevilla, bautizado el 6 de junio de 1599-Madrid, 6 de agosto de 1660), conocido como Diego Velázquez, fue un pintor barroco español considerado uno de los máximos exponentes de la pintura española y maestro de la pintura universal.
Pasó sus primeros años en Sevilla, donde desarrolló un estilo naturalista de iluminación tenebrista, por influencia de Caravaggio y sus seguidores. A los 24 años se trasladó a Madrid, donde fue nombrado pintor del rey Felipe IV y cuatro años después fue ascendido a pintor de cámara, el cargo más importante entre los pintores de la corte. A esta labor dedicó el resto de su vida. Su trabajo consistía en pintar retratos del rey y de su familia, así como otros cuadros destinados a decorar las mansiones reales. Su presencia en la corte le permitió estudiar la colección real de pintura que, junto con las enseñanzas de su primer viaje a Italia, donde conoció tanto la pintura antigua como la que se hacía en su tiempo, fueron influencias determinantes para evolucionar a un estilo de gran luminosidad, con pinceladas rápidas y sueltas. En su madurez, a partir de 1631, pintó de esta forma grandes obras como La rendición de Breda. En su última década su estilo se hizo más esquemático y abocetado, alcanzando un dominio extraordinario de la luz. Este período se inauguró con el Retrato del papa Inocencio X, pintado en su segundo viaje a Italia, y a él pertenecen sus dos últimas obras maestras: Las meninas y Las hilanderas.
Su catálogo consta de unas 120 o 130 obras. El reconocimiento como pintor universal se produjo tardíamente, hacia 1850. Alcanzó su máxima fama entre 1880 y 1920, coincidiendo con la época de los pintores impresionistas franceses, para los que fue un referente. Manet se sintió maravillado con su obra y le calificó como «pintor de pintores» y «el más grande pintor que jamás ha existido». La parte fundamental de sus cuadros que integraban la colección real se conserva en el Museo del Prado en Madrid.
El coronavirus pone el arte patas arriba
La pandemia rompe planes expositivos, hace temblar el sector y espolea a los artistas.
El coronavirus está provocando un silencioso terremoto en el mundo del arte. La magnitud dependerá del tiempo que dure la crisis. Pero es seguro que el seísmo dejará graves daños en lo material –ya empiezan a notarse– al tiempo que condicionará y espoleará la creación contemporánea. De momento, el cierre de todos los museos del país y parte de los del resto del mundo trastoca todo el programa de exposiciones de la temporada, pone en cuarentena y bloquea el traslado de cientos o miles de obras, anticipa un encarecimiento de futuras muestras y pone en riesgo una cantidad ingente de empleos.
Seguros más altos. En el Prado, los mayores temores se refieren al rastro económico y las dificultades que a la larga puede crear el Covid-19. “Es más que probable que los seguros para los traslados y préstamos de obras de arte se encarecerán mediante la creación de cláusulas por eventualidad de epidemia” como ya ocurrió en el pasado a raíz de atentados y otros sucesos, explica el portavoz de la gran pinacoteca madrileña, Carlos Chaguaceda. En lo inmediato, sin embargo, los responsables del museo que dirige Miguel Falomir respiran relativamente tranquilos: “Hemos tenido suerte”, dicen. Aluden a que su próxima exposición, prevista para el 31 de marzo bajo el título Invitadas y dedicada al “papel de la mujer en el artes español de siglo XIX y principios del XX”, se sustenta en más de un 90% en cuadros del propio museo. Y aunque haya que aplazarla, se realizará antes o después. En el Prado confían además en que su gran muestra del otoño, Pasiones mitológicas , que por primera vez reunirá las seis poesías de Tiziano, podrá inaugurarse el 20 de octubre.
Obras en cuarentena. Estos días los chats de watsap de los directores de museos son un hervidero de ideas y preocupaciones compartidas. “Es un tiempo extraño, único, que invita a pensar en muchas cosas”, reflexiona Pepe Serra. El director del Museo Nacional d’Art de Catalunya (MNAC) cree que inevitablemente la experiencia colectiva de “ver cómo un mundo hipertecnificado se colapsa por un pequeño virus” nos cambiará como personas y eso tendrá consecuencias en la propia dinámica de los museos y en cómo nos relacionamos con ellos. “Ojalá sirva para que la gente se dé cuenta de los recursos que tiene cerca, que empiece a ver los museos como una biblioteca a la que puede ir tantas veces quiera, coger algo, marcharse, volver…”. De momento, la pandemia ha enviado a cuarentena a millares de obras que se encuentran empaquetadas en museos de todo el mundo sin posibilidad de regresar a sus lugares de origen o de partir hacia alguna exposición. El propio MNAC tiene un buen número de obras bloqueadas en Japón, donde el pasado año se inauguró la exposición itineranteBarcelona. La ciudad de los milagros artísticos , y ahora mismo ve muy difícil que se puedan realizar las muestras previstas de Isidre Nonell (prevista para mayo) o la que debía reunir las pinturas murales que Annibale Carracci realizó para la Capilla Herrera de Roma, esta última en coproducción con el Prado, donde se conservan parte de las pinturas. “La complejidad logística nos complica mucho la vida, y lo que está sucediendo ahora mismo nos obliga a pensar a medio y largo plazo”, apunta Serra. “Esta semana tomaremos decisiones al respecto, pero prefiero asumir un año complicado y centrar todos los esfuerzos en el 2021. Tenemos unas colecciones estupendas y habrá que buscar fórmulas imaginativas”, señala, y concluye que más que las repercusiones económicas que sin duda afectarán al museo, le preocupa “el impacto que todo esto pueda tener en el tejido cultural que hay en torno a él, diseñadores, traductores, grafistas, en su mayoría autónomos, porque la cadena es muy injusta”.
Fuente: La Vanguardia
martes, 17 de marzo de 2020
BIOGRAFIA
Michelangelo Buonarroti
(Caprese, 6 de marzo de 1475- Roma, 18 de febrero de 1564), conocido en español como Miguel Ángel, fue un arquitecto, escultor y pintor italiano renacentista, considerado uno de los más grandes artistas de la historia tanto por sus esculturas como por sus pinturas y obra arquitectónica. Desarrolló su labor artística a lo largo de más de setenta años entre Florencia y Roma, que era donde vivían sus grandes mecenas, la familia Médici de Florencia y los diferentes papas romanos.
Fue muy admirado por sus contemporáneos, que le llamaban el Divino.
Triunfó en todas las artes en las que trabajó, caracterizándose por su perfeccionismo. La escultura, según había declarado, era su predilecta y la primera a la que se dedicó; a continuación, la pintura, casi como una imposición por parte del papa Julio II, y que se concretó en una obra excepcional, la bóveda de la Capilla Sixtina; y ya en sus últimos años, realizó proyectos arquitectónicos. Fue autor de numerosas obras, de las cuales hoy en día se conservan entre 40 y 50 esculturas, 4 pinturas, varias decenas de dibujos y los frescos de la Capilla Sixtina y la Capilla Paulina.
BIOGRAFÍA Y FAMILIA
Nació el 6 de marzo de 1475, en Caprese, una villa de la Toscana cerca de Arezzo. Fue el segundo de cinco hijos varones. Su madre murió en 1481, cuando Miguel Ángel contaba con seis años.
La familia Buonarroti Simoni vivía en Florencia desde hacía más de trescientos años; muchos de ellos habían ocupado cargos públicos. La decadencia económica empezó con el abuelo del artista, y su padre, que había fracasado en el intento de mantener la posición social de la familia, vivía de trabajos gubernamentales ocasionales.
El padre le hizo estudiar gramática en Florencia con el maestro Francesco da Urbino. Miguel Ángel quería ser artista, y cuando comunicó a su padre que deseaba seguir el camino del arte, tuvieron muchas discusiones. Gracias a su firme decisión, y a pesar de su juventud, consiguió convencerlo para que le dejara seguir su gran inclinación artística.
Aprendizaje
Desde muy joven manifestó sus dotes artísticas para la escultura, disciplina en la cual empezó a sobresalir. En abril de 1488, con doce años de edad y gracias al consejo de Francesco Granacci, otro joven que se dedicaba a la pintura, entró en el taller de los famosos Ghirlandaio (Domenico y Davide); su familia y los Ghirlandaio formalizaron un contrato de estudios durante tres años.
Allí permaneció como aprendiz durante un año, pasado el cual, bajo la tutela de Bertoldo di Giovanni, empezó a frecuentar el jardín de San Marcos de los Médicis, donde estudió las esculturas antiguas que había allí reunidas. Sus primeras obras artísticas despertaron la admiración de Lorenzo el Magnífico, que lo acogió en su Palacio de la Via Longa, donde Miguel Ángel se habría de encontrar con Angelo Poliziano y otros humanistas del círculo de los Médicis, como Giovanni Pico della Mirandola y Marsilio Ficino. Estas relaciones lo pusieron en contacto con las teorías idealistas de Platón, ideas que acabaron convirtiéndose en uno de los pilares fundamentales de su vida y que plasmó tanto en sus obras plásticas como en su producción poética.
Según Giorgio Vasari, un día, saliendo del jardín de los Médicis —o, según Benvenuto Cellini, de la capilla Brancacci, donde él y otros alumnos aprendían a dibujar delante de los frescos de Masaccio—, fue cuando Pietro Torrigiano le dio un puñetazo y le rompió la nariz; como consecuencia, le quedó la nariz chata toda la vida, tal como se aprecia claramente en todos sus retratos.
Recorrido artístico
En 1492, Miguel Ángel huyó de Florencia y pasó por Venecia, instalándose después en Bolonia. Pero en 1496 decidió partir hacia Roma. Allí inició una década de gran intensidad artística, después de la cual, con treinta años, sería acreditado como un artista de primera línea.
Después del Bacus del Bargello (1496), esculpió la Piedad del Vaticano a los veintitrés años, y posteriormente realizó el Tondo Pitti. De la misma época es el cartón de La batalla de Cascina, actualmente perdido, pintado para la Señoría de Florencia, y el David, obra cumbre de la escultura, de una gran complejidad por la escasa anchura de la pieza de mármol, que fue colocado delante del palacio del Ayuntamiento de Florencia y se convirtió en la expresión de los supremos ideales cívicos del Renacimiento.
En marzo de 1505, Julio II le encargó la realización de su monumento fúnebre.
En mayo de 1508, aceptó dirigir la decoración de la bóveda de la Capilla Sixtina, cuyos frescos concluyó cuatro años más tarde.El artista hizo un segundo intento de seguir con la obra del mausoleo del pontífice. Con este propósito esculpió las dos figuras de los Esclavos y el Moisés, que reflejan una atormentada energía, la terribilitá de Miguel Ángel.
En 1516, inició el proyecto para la fachada de la basílica de San Lorenzo de Florencia, trabajo que en 1520 abandonó. A partir de 1520 y hasta 1530, Miguel Ángel trabajó en Florencia y construyó la Sacristía Nueva de San Lorenzo y la Biblioteca Laurenciana, en especial su escalera. Después Miguel Ángel formó parte del gobierno de la nueva República Florentina, de la cual fue nombrado «gobernador y procurador general de la fabricación y fortificación de las murallas», y participó en la defensa de la ciudad asediada por las tropas papales. En 1530, después de la caída de la República, el perdón de Clemente VII lo salvó de la venganza de los partidarios de los Médicis. A partir de este año reemprendió los trabajos de la Sacristía Nueva y del sepulcro de Julio II.
En 1534, se estableció en Roma, donde aceptó el encargo de Clemente VII para trabajar en el altar de la Capilla Sixtina y donde realizó Juicio Final. Hasta 1550 fue haciendo obras para la tumba de Julio II, y los frescos de la Capilla Paulina.
Vida amorosa
Miguel Ángel pretendía interiorizar las teorías neoplatónicas del amor, haciendo grandes esfuerzos para conseguir un equilibrio emotivo que pocas veces logró.
Su inclinación natural por la materia, por las formas físicas unida a su fascinación por todo lo joven y vigoroso, emblemas de la belleza clásica, lo llevaron a decantarse por la belleza humana y el amor más sensual hasta muy avanzada su vida. Esta conflictividad enriquecedora con la que el artista vivió su deseo carnal, también afloró en el enfrentamiento con una supuesta homosexualidad.
El artista mantuvo relación con diversos jóvenes. En un viaje realizado a Roma en 1532, conoció al joven Tommaso Cavalieri, un patricio de inteligencia poco común y amante de las artes que dejó en el artista una viva impresión.El artista creía que la belleza del hombre era superior a la de la mujer
Tommaso Cavalieri era un muchacho de 22 años; de familia acomodada, aficionado al arte, ya que pintaba y esculpía. En su primer encuentro, ya causó una profunda impresión en Miguel Ángel, y al pasar el tiempo la relación se transformó en una gran amistad, con una pasión y una fidelidad que se mantuvo hasta la muerte.
Miguel Ángel, por el contrario, era un hombre de 57 años, que se encontraba en el cenit de su fama; contaba con el soporte de los diversos papas y Tommaso lo admiraba profundamente. Parece que la amistad tardó cierto tiempo en producirse, pero cuando se consolidó llegó a ser muy profunda hasta el punto que Cavalieri, ya casado y con hijos, fue su discípulo y amigo mientras vivió Miguel Ángel y lo asistió en la hora de su muerte.
Vittoria Colonna era descendiente de una familia noble, y una de las mujeres más notables de la Italia renacentista. En el convento de San Silvestro in Capite de Roma en 1536, el artista conoció a esta dama y desde el principio hubo una empatía mutua, quizá porque los dos tenían las mismas inquietudes religiosas y ambos eran grandes aficionados a la poesía. Vittoria murió en 1547, hecho que dejó a Miguel Ángel sumido en el dolor más profundo.
Durante los últimos veinte años de su vida:
Miguel Ángel se dedicó sobre todo a trabajos de arquitectura.
Murió en Roma en 1564, antes de ver acabada su obra, a la edad de ochenta y ocho años, acompañado por su secretario Daniele da Volterra y por su fiel amigo Tommaso Cavalieri; había dejado escrito que deseaba ser enterrado en Florencia. Hizo testamento en presencia de su médico Federigo Donati. Su sobrino Leonardo fue el encargado de cumplir con esta última voluntad del gran artista, y el 10 de marzo de 1564 recibió sepultura en la sacristía de la iglesia de la Santa Croce; el monumento funerario fue diseñado por Giorgio Vasari en 1570. El 14 de julio se celebró un funeral solemne.
Los primeros relieves fueron la Virgen de la escalera y La batalla de los centauros, conservados en la Casa Buonarroti de Florencia. En el relieve de mármol de La batalla de los centauros se inspiró en el libro XII de Las metamorfosis de Ovidio y se muestran los cuerpos desnudos en pleno furor del combate, entrelazados en plena tensión, con una anticipación de los ritmos serpenteantes tan empleados por Miguel Ángel en sus grupos escultórico.
De retorno en Florencia, entre 1495 y 1496, talló dos obras: un San Juanito, esculpido para Lorenzo de Pierfrancesco de Médicis, y un Cupido durmiente.
Primeras obras
Entre 1490 y 1492, hizo sus primeros dibujos, estudios sobre los frescos góticos de Masaccio y Giotto; entre las primeras esculturas se cree que hizo una copia de una Cabeza de fauno, en la actualidad desaparecida.
Los primeros relieves fueron la Virgen de la escalera y La batalla de los centauros, conservados en la Casa Buonarroti de Florencia. En el relieve de mármol de La batalla de los centauros se inspiró en el libro XII de Las metamorfosis de Ovidio y se muestran los cuerpos desnudos en pleno furor del combate, entrelazados en plena tensión, con una anticipación de los ritmos serpenteantes tan empleados por Miguel Ángel en sus grupos escultórico.
Otra escultura de la misma época (hacia 1490) es también un relieve con tema mariano, la Virgen de la escalera, que presenta un cierto esquema parecido a las de Donatello.Después en 1492 por iniciativa propia realizó un Hércules de mármol en su casa paterna; escogió este tema porque Hércules era, desde el siglo xiii d. C., uno de los patrones de Florencia.
A continuación permaneció un tiempo alojado en el convento del Santo Spirito, para el prior Niccolò di Giovanni di Lapo Bichiellini ejecutó un Crucifijo de madera policromada, donde resolvió el cuerpo desnudo de Cristo.
En Bolonia, octubre de 1494, recibió el encargo de parte de Francesco Aldovrandi, de realizar tres esculturas para completar la sepultura del fundador del convento de San Domenico Maggiore, llamada Arca de Santo Domingo, para la que esculpió un Ángel porta candelabro, arrodillado que forma pareja con otro realizado por Niccolò dell'Arca, además un San Próculo y un San Petronio, que actualmente se conservan en la basílica de Santo Domingo de Bolonia. Acabadas estas obras, volvió a Florencia.
De retorno en Florencia, entre 1495 y 1496, talló dos obras: un San Juanito, esculpido para Lorenzo de Pierfrancesco de Médicis, y un Cupido durmiente.
Primera estancia en Roma
Su salida hacia Roma tuvo lugar el 20 de junio de 1496. La primera obra que realizó fue un Baco con un sátiro encargada por el cardenal Riario, que al ser rechazada, fue adquirida por el banquero Jacopo Galli. Más adelante fue comprado por Francisco I de Médici y actualmente se conserva en el museo del Bargello, en Florencia.
Es ésta claramente la primera gran obra maestra de Miguel Ángel, donde se muestra la característica constante de la sexualidad en su escultura y donde se simboliza el espíritu del hedonismo clásico.
Al mismo tiempo que realizaba el Baco, esculpió un Cupido de pie, que pasó a pertenecer, más tarde, a la colección de los Médicis y que hoy en día está desaparecido.
Por medio del coleccionista Galli, en 1497 recibió del cardenal francés Jean Bilhères de Lagraulas el encargo de una Piedad como monumento para su mausoleo en la capilla de Santa Petronila de la antigua basílica de San Pedro, y que más tarde fue instalada en la nueva construcción de Bramante.
Es la única obra de Miguel Ángel que firmó: lo hizo en la cinta que atraviesa el pecho de la Virgen:
Un Crucifijo de marfil, datado hacia el periodo 1496-1497, ha estado atribuido recientemente a Miguel Ángel. Esta imagen se encuentra en el monasterio de Montserrat y representa según el historiador Anscari M. Mundó, la última agonía de Cristo. Se cree que fue adquirido por el abad Marcet en 1920 durante un viaje a Roma, creyendo que era una obra de Ghiberti. Desde 1958 se encuentra sobre el altar mayor de la abadía de Montserrat.
Retorno a la Toscana
Vuelve a Florencia en la primavera de 1501, después de cinco años ausente de la Toscana. Con Savonarola muerto, en Florencia se había declarado una nueva república gobernada por Piero Soderini, que le hace uno de los encargos más importantes de su vida: el David. Esta obra muestra todos los conocimientos y estudios del cuerpo humano conseguidos por Miguel Ángel hasta esa fecha.
Tan pronto estuvo terminada, se decidió colocarla en la plaza de la Señoría enfrente del palazzo Vecchio.Desde allí, en 1873 se trasladó para una mejor conservación al museo de la Galleria dell'Accademia, mientras que en la plaza se colocó una copia, también de mármol.
Por estas mismas fechas, estuvo trabajando en el Tondo Taddei, actualmente se conserva en la Royal Academy of Arts de Londres. Otro alto relieve, el Tondo Pitti, también de mármol, empezado para Bartolomeo Pitti. Se encuentra en el museo del Bargello desde 1873; como el anterior se encuentra inacabado.
En 1502, la Señoría de Florencia le encargó un David de bronce para Pierre de Rohan, mariscal de Gié. Miguel Ángel empezó a diseñarlo, pero a causa de su tardanza se tuvo que recurrir a la fundición por parte del escultor Benedetto da Rovezzano para acabar la obra. Posteriormente se ha perdido el rastro.
Hacia 1503 realizó, por encargo de unos mercaderes flamencos, los Mouscron, una Virgen con Niño para una capilla de la iglesia de Nuestra Señora de Brujas.
El 24 de abril de 1503, el escultor firmó el contrato con los representantes del gremio de la lana (Arte della Lana), en virtud del cual se comprometía a realizar doce imágenes de los apóstoles para Santa María del Fiore. Sólo empezó la de san Mateo, una obra de mármol que dejó inconclusa y que se encuentra en la Galería de la Academia de Florencia.
Para la capilla de los Piccolomini de la catedral de Siena, realizó entre 1503 y 1504, cuatro imágenes, las de san Pablo, san Pedro, san Pío y san Gregorio (este último de autoría incierta) En la parte posterior están solo esbozadas, ya que se esculpieron para ser colocadas dentro de unas hornacinas del altar realizado por Andrea Bregno entre 1483 y 1485.
jueves, 5 de marzo de 2020
TEMA 4: ARTE DE AL-ANDALUS.
RESÚMENES
1.- LAS CIUDADES MUSULMANAS.
.- MEZQUITA: es un lugar de culto para los seguidores de la fe islámica.
.-ZOCO: es la denominación que se da en castellano a los mercadillos tradicionales de los países árabes, especialmente los que se celebran al aire libre y que, con frecuencia, tienen lugar en un determinado día de la semana o en una determinada época del año, aunque la palabra se puede hacer extensiva a todo tipo de mercado tradicional.
.-ALCAICERÍA: lugar de las ciudades de al-Ándalus, donde se autorizaba a comerciar, al por mayor, con seda bruta.
.- MADRASA: es el nombre que se da en la cultura árabe a cualquier tipo de escuela, sea religiosa o secular.
.- MARISTÁN: hospital para recoger a los enfermos pobres musulmanes, aunque también funcionó como manicomio, constituyendo.
.-HAMMAM: Baño árabe, baño turco o hamán, es una modalidad de baño de vapor que incluye limpiar el cuerpo y relajarse.
.- ALCAZAR: castillo fortificado situado en un lugar estratégico y especialmente cuando esta amurallado.
2.- ¿QUÉ ES EL ARTE CALIFAL?
MARCO HISTORICO O CONTEXTO HISTORICO DEL ARTE DE AL-ANDALUS.
Surge en el siglo VII con la conquista musulmana de la península.
Es un arte que recoge muchas influencias de otras culturas (persas, bizantinos, visigodos). En la arquitectura destaca en primer lugar la mezquita. la más importante es la Mezquita de Córdoba.
2.1.- LA MEZQUITA DE CORDOBA .
Abderraman I inició la mezquita mayor en el año 785, sobre la iglesia visigoda de San Vicente que esta orientada hacia el sur en vez de a la Meca. Era casi cuadrada y tenia once.
Abderraman II prolongó las naves y construyo un nuevo mihrab.
Alhakam II continuo de nuevo la ampliación hacia el sur y esta es la parte más cuidada y rica de la mezquita.
El mihrab tiene planta octogonal y está revestido de mármol. la cubierta es una venera.
Almanzor: la ampliación se hizo hacia el oeste en vez delo sur. Así la Mezquita quedo con 19 naves pero el mihrab quedo descentrado.
La decoración y los materiales son más pobres con respecto a las anteriores ampliaciones.
2.2.- MEDINA AZAHARA.
Medina azahar
es una ciudad construida por abderraman iii en el siglo x y finaliza su hijo alaken ii. La idea era que allí estuviese la sede del gobierno del califa. estaba rodeada por una muralla
El mármol de las columnas y la riqueza de las estancias del califa.
Esta ciudad fue arrasada convirtiéndose en ruinas.
3.- ARTE ALMOHADE.
Tras la caída del califato Al-Andalus
comenzaron a florecer otras ciudades que trataron de copiar a Córdoba, por ejemplo Sevilla,Toledo, Zaragoza, Almería.
Los Almohades llegaron en el siglo XII y el arte de este pueblo es austero y sencillo. Toman del arte califal los arcos de herradura y lobulados pero lo más representativo es la decoración a base de rombos o sebskas que podemos ver en la giralda de Sevilla que es el alminar de la mezquita sevillana y que recibe este nombre por la veleta que ya es cristiana llamada giraldillo.
3.1.- LA TORRE DEL ORO DE SEVILLA.
La Torre del Oro
Es una torre Albarrana
3.2.- LA GIRALDA DE SEVILLA.
4.- EL ARTE NAZARÍ.
El arte Nazarí
4.1.- LA ALHAMBRA.
4.2.- EL GENERALIFE.
VOCABULARIO
CAPITEL DE ABISPERO:
capitel corintio compuesto influenciado por el arte bizantino que utiliza la técnica del trépano.
ATAURIQUE: decoración de tipo vegetal característica del arte islámico.
MOCARABES: elemento decorativo de origen árabe formado por prismas yuxtapuestos dirigidos hacia abajo, que acaban en un estrechamiento también prismático, cuya superficie inferior es cóncava.
CRUJÍAS: espacio entre dos muros de carga.
LINTERNA: elemento en forma de tubo sobre la cúpula que permite la iluminación y la ventilación del espacio interior.
ARCOS LOBULADOS: elemento decorativo formado por un arco de circunferencia que se multiplica formando un conjunto ornamental.
DOBELA: cada una de las piedras labradas con forma de cuña que conforman un arco.
ARCO DE HERRADURA MUSULMÁN: es un arco semicircular, ultrasemicircula o ultrapasable (cuya curva es mas amplia que un semicírculo)y que tiene forma de herradura.
ARCO DEL MIHRAB DE CÓRDOBA: El arco de herradura árabe es un circo cuya curva es más amplia que un semicírculo. Lo cogieron del arte visigodo. estos arcos se suelen enmarcar con un alfiz.
VENERA: Una venera, palabra proveniente del Latín veneria (concha), es un elemento decorativo en edificios, visibles en lugares como las pechinas o los contrafuertes. Normalmente son representadas con dos valvas, dos salientes en punta y catorce estrías. Está inspirado en una concha de vieira.
ALFIZ: Moldura que enmarca el arco.
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